viernes, 8 de marzo de 2013

Retrato de un buen cumpleaños

Un buen cumpleaños no es cualquier cumpleaños. Hubo cumpleaños en que nadie llamó, nadie compartió su comida conmigo y de esos fatídicos en que el novio se fue de viaje el día anterior y los padres escogieron ese día para mandarse a un lado innombrable. A eso añadirle las naturales aprehensiones y susceptibilidades que conlleva la finalización de una vuelta más al mundo.

Con todo, un buen cumpleaños no es difícil de lograr. Un buen cumpleaños comienza con la llamada de la abuelita de 92 años, llamada que se repite cuatro veces más gracias al bendito alzheimer. A lo que le siguen las llamadas de los tíos que más te quieren, te consideran entre las cosas que más quieren: su peluche y su hija ( a falta de ). Esas llamadas son lindas porque te cuentan de lo que pasó el día que naciste y las reacciones de los primitos ante el evento y lo mejor es que te dicen que te admiran y te desean 150 años más de vida (no gracias).

En un buen cumpleaños las personas que quieres se integran al día que no puedes transformar en fiesta y apechugan para llegar con flores y torta al almuerzo preparado la noche anterior.

En un buen cumpleaños te peleas con tu novio porque no lo pudiste ver, porque te importa, que es mucho mejor que la opción del novio que se va, claramente.

En un buen cumpleaños hablas varias veces con tus hermanas, tus cuñados te mandan su amor y te dan buenas noticias de salud, cuentan de los sobrinos gatos y sus respectivos estados de salud. Te escribe la amiga de la infancia con la que no te hablas seguido, no te escribes, pero que está siempre y sólo te escribe en 7 de marzo y una a ella 7 días después porque si, es sólo una semana menor que yo.

Estos cumpleaños empiezan con brindis de tequila delicioso con amigos que te aman tanto que el brindis de cumpleaños es un agradecimiento a la vida porque existes y te abrazan hasta romperte. Las amigas dejan el reposo recetado para que llegue un bebé por hacerte un agasajo con cariño y las más viejas te escriben cartas de amor igual, dando gracias por estar juntas, siempre, desde la cuna en el mismo pueblo.

El único que no se entera es el gato, sólo sigue su ritual de lo habitual detras de los ovillos.

3 comentarios:

  1. Un buen cumpleaños se fabrica.
    Es peligroso y arriesgado simplemente esperar a que la gente se acuerde que es tu cumpleaños. Lo más probable es que uno espere mucho y no suceda nada, lo que resulta en un profundo desencanto, que será equivocado porque no tiene nada que ver con que la gente te quiera o deje de quererte.
    Por eso un buen cumpleaños se produce. Uno invierte en la producción y reditúa en los resultados que invariablemente son positivos. Si le avisas a la gente que es tu cumpleaños se acordarán y te harán saber que te aprecian. Mejor aún si provocas y produces un evento en que las expresiones de afecto tengan el espacio adecuado.
    Me ha tocado pasar muchos cumpleaños solo, por diversas circunstancias. Evidentemente no te pasa nada si ese día no pasó nada. Por eso en esas raras ocasiones invertí en mi propio festejo, o se lo dejé saber a la gente que circunstancialmente estaba conmigo.
    Una de esas veces, solitario y siendo estudiante en Madrid, decidí no ir a clases por la tarde e irme al cine. Vi tres películas, una tras otra, en épocas en que no había videos ni DVDs. Que hubiera tres buenas películas era una rareza. Así, vi Fantasía de Walt Disney, Los cañones de Navarone, y ¿Quién teme a Virginia Wolf?, con Liz Taylor y Richard Burton. Acabé el día agotado, pero feliz, con tres películas en mi haber y habiéndome consentido a mi mismo!
    Otra vez, ya de profesional, me tocó festejarlo solo en Buenos Aires. Después de la agenda del día en un seminario sobre el arte en las misiones jesuíticas, me fui al “Palacio de la tortilla” y me zampé pedazos de tortilla española de varios tipos, con vino de la casa!
    Los festejos de cumpleaños hay que producirlos, así serán lo que esperas, y más.
    PQL

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  2. Estoy de acuerdo, un cumpleaños se fabrica, se produce, explicando a la gente que te quiere festejar si quieres algo específico o no, avisando un poco si quieres que se acuerden. En fin. A mí mis padres y abuelas siempre me festejaron, debe ser también porque siempre anuncio mi cumpleaños (que es en junio) en desde enero jajaja. Además desde que trabajo me pido libre el día de mi cumpleaños para tener un día especial desde la noche anterior. Pero desafortunadamente el año pasado me tocó estar encerrada en una formación, en un training todo el día. Eso significó que no pude responder a ninguna de las llamadas de teléfono de mi familia que vive a 10.000 km de distancia! ni de los amigos que se acordaron. Además, debido a la cantidad de cosas que tenía que hacer durante la semana, no invité a nadie, no me hice acoger con nadie y supuse que mi marido se acordaría por lo menos de traerme unas flores. Valga decir que mi marido me trae flores por lo menos una vez cada dos semanas sin motivo alguno, pero por una de esas cosas de la vida ese día de mi cumpleaños no compró nada. No tuve regalo, no tuve flores, no pude recibir llamadas y encima después de la formación y del trabajo me sentía tan triste ya que me fui a dar un paseo sola buscando algo especial para hacer para la cena – imaginando que en casa no habría nada y que mi marido no habría hecho reservaciones en ningún lado – imaginé bien. Llegué a casa muerta, a pie, cargando bolsas de compras y vi a mi esposo sentado en el sofá, me dijo un parco (y tímido) hola (cuando habitualmente es muy efusivo y cariñoso) y dado su saludo corto y distante me entré sola a la cocina a cocinar mi propia cenita de cumple y abrí una botella de champagne. Le dije a mi marido que había comida, que si quería se sirviera, no lo hizo (esperó a que yo lo hiciera más tarde). Total que comí sola y luego me instalé en Skype a llamar a mis padres y hermanas, ver mi Facebook y anunciar mi cumpleaños. Luego salí del escritorio y le pregunté a mi esposo que porqué no habían ni flores, ni una tarjetita, ni había probado la comida ni se había levantado del sofá para saludarme. Me respondió que mi cumpleaños es muy importante para mí y que con el ajetreo de la vida no había llegado a darle instrucciones o ideas sobre mis expectativas respecto a mi festejo y que no quería justamente hacer algo que pudiera molestarme y que por eso esperó sentadito a que yo exprese claramente – como hago normalmente para todo. Ahí me dí cuenta de que lo más importante para tener un buen cumpleaños era que YO participara del mismo. Fue el cumpleaños más vacío y difícil de mi vida, estuve sola, aislada todo el día en una sala de reuniones y en casa sola, porque mi marido no decidió qué acción tomar. Yo aprendí a no tener expectativas y mi esposo aprendió a confiar en su instinto y unos meses mas tarde para nuestro aniversario de bodas se mandó una celebración digna de un cuento! Incluidas campanas de catedral!
    Un cumpleaños definitivamente, se fabrica, se produce y aprendí a no tener tan altas expectativas y a expresar claramente lo que quiero, lo que necesito. Ahora mismo estoy fabricando el cumpleaños de este año… y la primera invitada y participante activa, seré yo!
    MIQE

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  3. feliz cumple retrasadisimo... y que bella la foto del zorro.
    besos

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