martes, 24 de julio de 2012

La culpa la tiene el viento

Yo barloventeo, tu barloventeas, nosotros barloventeamos, vosotros barloventeáis.
El dominio del verbo barloventear viene conjugado con la capacidad de moverse en el espacio y en el tiempo con una tarea específica a realizar pero que no se logra concretar, de ahí que uno barloventea. En realidad, la culpa de que uno no logre su acometido, la tiene el viento. (mis tías decían que uno se iba a baloventear por la ciudad, un sinónimo de aplanar calles o algo así).

Según, porque no es palabra final en el tema, la Real Academia Española de la Lengua el barlovento es la parte de donde viene el viento. Ajá, no queda muy claro tampoco, pero es un lugar, de eso no parecen tener dudas los académicos. Sin embargo la palabra se la utiliza con mayor propiedad cuando uno se sitúa al barlovento. Literalmente dice: Situarse dejando al enemigo u otra escuadra o buque a sotavento y en disposición de poder.

El enemigo? Los quehaceres! Si uno se sitúa al barlovento puede evadir los quehaceres y dejarlos a sotavento lo que en términos terrestres significa, dominar los quehaceres y anularlos, es decir, no hacerlos. La intencionalidad del barloventeo es importante, la idea es abarloar o situarse del lado del buque enemigo del que se pueda hacer más daño, es decir lado a lado.
pobre blog abandonado, lo dejaron botado con la foto de una botella de vino como si eso le diera vida por meses. pero estaba bien rica!!